MUJERES
MUJER TRES.
“NO MUERAS DESPUÉS
DE ESTAS PALABRAS”
Dios esta junto al mar jugando con la espuma,
La última vez fue fatal, su corazón quedo partido,
La mujer era demasiado hermosa y no tenía freno.
MUJER VEINTITRÉS.
“AL EMBRUJO QUE SE ESCONDE
ENTRE TUS PIERNAS Y AL MAR MALVA
QUE DERRAMA SU SUSURRO”
... yo lo toco
lo abro como deshojando un regalo misterioso
y los pliegues
se muestran nacarados
tornasol violáceo la hendidura,
¿qué es más importante?
¿qué lo bese?
¿que me hipnotice su aroma florecido?
No se... porque ahora estoy sumergido
Bebiendo su hermosura,
La tibieza, la forma perfecta de tu sexo,
Que se expande y se muestra,
Todo mar, todo horizonte
Y entonces lo navego
O lo cabalgo si prefieres,
Porque eres fuego en mi lengua
Morbo en la cadencia
Y embrujo,
mar que me sublima...
y cada beso es un acto de adoración
al sexo que arde entre tus piernas
y mi bautismo es el mar que en mi boca se derrama.
Quizás tu no entiendas esto
¡que me emborracha el sexo
cuando bebo entre tus piernas!.
MUJER DOCE.
"A ti y a tu insoportable
Mundo de las puras cosas
Bellas".
Se te cayó
El cielo al espinazo
Se te cayó
Y no te diste cuenta
Encima te cayó
Un hueso hambriento
Y su madre hambrienta,
Encima te cayeron
Dos guerras mundiales
Hiroshima y Nagasaky
Pedazos de muertos
Encima te cayeron
Y no te diste cuenta.
¡ay!, poeta extraviada
mujer, pequeña mujer,
asexuada
de ojos pequeños, vulgares,
porque así los querido
maquinita imperfecta
“que las rosas son rojas,
que hermosas las rosas”.
Si salieras del espejo
Verías el ritmo,
La rima y todo ese cuento
De la palabra vacía
De los ruidos convexos.
¡ay!, poeta
la muerte te guía
te olfatea el hombro
te acaricia a tu derecha
y la dulzura atrás
de las cicatrices
el amor debajo de la
escalera.
MUJER NUEVE, (TELÉFONO UNO)
El teléfono seguirá tocando
Continuará el sonido su viaje triste
No habrá voz aterciopelada que acaricie
Con palabras la armadura
la botella no silenciará
Los pájaros en mi cabeza
Serán perfectamente sonoros
Cuando el vacío tome café conmigo
Envueltos en una frazada
Santiago de Chile duerme
Y al otro lado del cordón
Tu juegas a no contestar.
MUJER NUEVE, (TELÉFONO DOS)
El teléfono sigue tocando
Pero nadie dice hola
Con sabor a té con leche
Y caricias en la cama jugando en tu cabello
Y patricio Manns está cansado
De cantarme nostalgias, cuando desde un rincón
Un paraguas negro se ve alegre
Al lado de mis ojos
Porque tu olor no está
Ni tu frescura entre las cosas
Ahora que el teléfono es un llanto.
MUJER CINCO.
Fue un intercambio de regalos
Tú, un longplay, una recopilación andina
Yo, el lobo estepario,
Después los besos
Con tito Fernández como música de fondo
Pudo ser cualquiera, no era importante.
Fue un intercambio de regalos,
Pero ese no fue el principio:
Primero la mujer me jala el brazo
Me grita histérica
Se quiebra como estrella de cristal fino,
Entonces descubro tú presencia...
Las mujeres siempre se ayudan.
MUJER TREINTA.
Conquistando nuevamente
tus caricias.
Por fin ahora puedo escribir
Del recuerdo colgando en mi hombro,
Del azul perpetuo en tu sonrisa marina
Y de los besos con que recorrí tu espalda.
El desolador señor de los fantasmas
Decidió por la escritura y los tinteros,
Ya no sujeta fotografías oxidadas,
Ni respira entrecortado al asomo de un recuerdo,
Porque ahora construye mariposas de alas libres
Y pequeñas navecitas de madera
O recorre el jardín con sus manos
Como antes recorría tus cabellos
Y se sienta a comer melones
Y el sabor le trae tu boca a los sentidos
Y ya no es negro ni blanco,
Porque es azul marino como tu sonrisa.
